Debemos inevitablemente re-fundar nuestra visión y posición ‘arquitectónica’ desde la Urgencia y la Necesidad, dejando de lado la banalidad, la mediocridad, la estupidización (¿se me permite la palabra?) en que han convertido en los últimos años la llamada arquitectura de autor, donde lo inocuo, lo anodino, lo insustancial, lo soso se ha consolidado y puesto con luces de colores y publicitado de manera única y a pretendido transformarse en algo importante y cargado de sentido

miércoles, 2 de abril de 2014

¡TODOS PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO!

... UNA CIUDAD PARA LA VIDA

Los niños y niñas también se atrevieron a pensar en la ciudad que sueñan: una Medellín sin violencia, con más igualdad y justicia, ecológica y limpia.



María Isabel Cardona describe la ciudad para la vida como un lugar en paz “en el que todos tengamos buena convivencia y vivamos felices”. Ella sueña con un a ciudad descongestionada y con más vegetación, en la que sus ciudadanos y visitantes puedan caminar tranquilos por la calle.

Y Paulina anhela una ciudad sin avaricia y corrupción, donde la gente sea más respetuosa, responsable y cuidadosa.

Con el manifiesto Todos podemos cambiar el mundo, los niños se toman la palabra y se empoderan de la ciudad en la que viven como interlocutores válidos para pensar en las dinámicas de las que son testigos en su cotidianidad, desde temas como la movilidad, la seguridad y el espacio público...

Difusión
Dr. Humberto González Ortiz

¡Todos podemos cambiar el mundo! el manifiesto de los niños de Medellín

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