Debemos inevitablemente re-fundar nuestra visión y posición ‘arquitectónica’ desde la Urgencia y la Necesidad, dejando de lado la banalidad, la mediocridad, la estupidización (¿se me permite la palabra?) en que han convertido en los últimos años la llamada arquitectura de autor, donde lo inocuo, lo anodino, lo insustancial, lo soso se ha consolidado y puesto con luces de colores y publicitado de manera única y a pretendido transformarse en algo importante y cargado de sentido

domingo, 13 de abril de 2014

DE LA CUBIERTA DE LOS BAÑOS, A LA IGLESIA DEL MIRASOL…

O el inicio de una propuesta…

La obra de la Iglesia del Mirasol lleva cerca de 30 años construyéndose, hasta hoy. Comenzó en el año 1970 con el encargo de la construcción de unas gradas para un campo de fútbol. Después se propuso la construcción de unos baños para que ‘los muchachos’ pudieran asearse después de los partidos. 

Cuando estuve con Carlos González Lobo en los baños del Mirasol, él me confesó que en esta obra: <se pudo hacer todo lo que tocaba, y es, junto con la capilla Posa de San Bartolo y San Mateo, una de sus cubiertas hecha con cabeza, sin sobrantes>

La propuesta para los baños partió de la idea de crear un eje mínimo de instalaciones (1) y la construcción de un hiperboloide de dos mantos, utilizando para ello, un cascarón de concreto armado sin cimbra y que fue sin duda, la primera obra importante en el poblado del Mirasol.

Cuando la comunidad miró la propuesta, cuenta Carlos González Lobo, dijeron: oiga arquitecto, pero ese techo que usted quiere no lo sabemos hacer, cómo que sin cimbra y con el concreto ‘untado’.









Se les propuso entonces, construir una pequeña cisterna de agua junto a las gradas del campo de fútbol, utilizando para cubrirla, una bóveda de concreto armado sin cimbra, de 4x3 m, construyéndose así, la primera cubierta de metal desplegado hecha en el suelo y montada sobre los muros para su posterior colado, y al terminarla los campesinos pidieron permiso al arquitecto para subirse en ella, ‘a probarla’, una vez pasada la prueba dijo Don Venancio: pues a pesar de que parecía que no, ¿se ve que está bien fuerte no arquitecto?. 

Se terminó la gradería, se hicieron los baños, con una bodeguita para los refrescos y donde se podían vender tacos, al respecto nos dijo Carlos González Lobo: <yo soy un arquitecto de a de veras, aquí tienes tus cervezas y estás viendo el juego mientras bebes tu cerveza, y el que vende no pierde jugada mientras vende, éramos arquitectos de a de veras>. 

Y es verdad, en el remate de uno de los dos cuerpos de los baños donde está colocada la barra para vender refrescos y cervezas, la cubierta ‘crece’, se ensancha en el aire, y ‘abraza’ el puesto, protegiéndolo de la intemperie con un detalle sutil. Carlos González Lobo completó así, el equipamiento urbano de esa especie de ‘nodo deportivo’.

Investigación y Difusión
Dr. Humberto González Ortiz©


(1)Basado en una idea del arquitecto sinaloense Antonio Pastrana y Ochoa (1913-1967) que realizó para unos Baños Públicos en el Estado de Veracruz en 1959

Figuras. Proyecto para los baños del Mirasol, con un eje mínimo de instalaciones. Investigación y diseño; arquitecto Carlos González Lobo. Fuente: Archivo personal de Carlos González Lobo. México 1996 y Estado actual de los baños del Mirasol. Fuente: Figura del autor. El Mirasol, Estado de México. 2002

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