Cuando recorro una ciudad, voy necesariamente
entrometiéndome en la experiencia de un arquitecto que vive, recorre y goza, o
padece, de lo que se denomina ‘espacio público’. El espacio público que en su
concepción, abarca todo lo que nuestros ojos son capaces de percibir, desde la
funcionalidad, la escala, integración con el paisaje, y la más importante, el
uso que de este, hacen los usuarios-ciudadanos, que no saben de conceptos
urbano-arquitectónicos, pero que sí son capaces de gozar y disfrutar de un espacio
‘bien estructurado’ o padecer y despotricar, de un espacio ajeno a ‘sus’
necesidades.
Pues bien, la continuidad de mi discurso se basa
básicamente, en la crítica hacia la arquitectura como moda, la arquitectura
frívola, que se extiende con rapidez y construye un modelo de ciudad excluyente
(y lo exporta), imponiendo estilos y edulcorándolos con el marketing
imprescindible para que aquella obra, se convierta en ‘hito’; la mayoría de las
veces sin tener en cuenta al entorno, a la funcionalidad y al usuario, es como
si en este principio del siglo XXI, se estuviese consolidando un urbanismo
especulativo, donde el arquitecto y la arquitectura <parecen haber perdido
sus atributos más significativos> (1)
Chalco,
México. Mayo 2015.
Imágenes
propiedad de Humberto González Ortiz©
Metro
de la Ciudad de México. Mayo 2015
La arquitectura debería, como una de sus funciones esenciales,
tener la voluntad de transformar parcial o totalmente la propia disciplina,
desde la crítica y la proposición. Eso era en esencia lo que se proponía en la
declaración del Congreso Internacional
de la Arquitectura Moderna (CIAM) de 1928, con la firma de 24 arquitectos,
destacaron que la arquitectura estaba vinculada, de forma inevitable, con las
amplias cuestiones políticas y económicas, y que lejos de verse apartada de las
realidades del mundo industrializado, debería depender, para su nivel general
de calidad, de unos métodos de producción racionalizada, lo que se llamó la
Declaración de La Sarraz, en honor al castillo suizo donde se realizó dicho
congreso. (2)
Por ello, defiendo el hecho de ‘mirar’ la arquitectura,
como parte de la realidad donde se construye. Los objetos de arquitectura no
son, solamente, hitos esculturales de referencia, o pequeñas ‘mecas’ en las
guías internacionales de arquitectura, a las cuales visitar y fotografiar. Y
donde la mayoría de las veces, el denominado ‘espacio público’, queda como un
área residual sin resolver, y donde con buena suerte, el usuario acaba
construyendo ‘su’ espacio entorno a un edificio, a un barrio, en definitiva
construye ‘su’ historia como mero espectador, que es donde, la mayoría de las
veces, lo sitúan los arquitectos y urbanistas.
Esta pequeña reflexión pretende
desmontar la maquinaria de los textos “maestros”, que
colocan cómodamente y en ‘su’ lugar conceptos y códigos. Queremos ayudar a
reinterpretar, a desbaratar y a transformar el mundo arquitectónico de hoy
‘como un ente aislado’, para abrir el debate, y ofrecer al lector la
posibilidad de que, desde la teoría y la investigación en arquitectura podamos
y debamos necesariamente, rearticular ‘la totalidad’ de los análisis meramente
formales y funcionales que se acostumbran en ‘el buen hacer’ del investigador
de arquitectura, para producir nuevas posibilidades a la investigación.
Donde puedan
relacionarse e interactuar los factores meramente arquitectónicos, con los
subtextos ideológicos, sociales, e históricos, que nos ayuden a realizar
análisis más realistas para los ciudadanos que disfrutan o padecen del trabajo
de los arquitectos, y para los propios arquitectos como ‘creadores’ del espacio
público en que habitamos.
Y si ello nos permite
teorizar e investigar para relacionar la arquitectura con otras esferas de la
práctica social de la profesión, entonces nos dará la posibilidad de entender a
la propia arquitectura como parte de la construcción de nuevos conceptos del
espacio y su habitabilidad, lo que ayudará a conseguir mayor congruencia entre
el objeto arquitectónico y su análisis.
Difusión e
Investigación
Dr. Humberto González
Ortiz
#AGlocaL
(1) Bohigas, Oriol. ESPACIO PÚBLICO. CONTRA LA
INCONTINENCIA URBANA. RECONSTRUCCIÓN MORAL DE LA ARQUITECTURA Y LA CIUDAD.
Editorial Electa. Barcelona, España. 2004. pp-12.
(2) FRAMPTON,
Kenneth. HISTORIA CRÍTICA DE LA ARQUITECTURA MODERNA. Editorial Gustavo Gili.
Séptima Edición. Barcelona, España 1994. Pp-274.
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