En el campo de la Arquitectura llevamos ya varias décadas
aplicando de manera evidente esta especie de obsolescencia programada
arquitectónica con productos arquitectónicos que únicamente responden a las necesidades
de los grandes oligarcas mundiales que se han dedicado a crear ‘sellos’
emblemáticos de manera desquiciada alrededor de todo el planeta. Y por eso
nosotros, que llevamos AÑOS no imponiendo, y si compartiendo una visión Otra de
un Hacer Arquitectura que tiene más que ver con la Necesidad, con la Realidad
os proponemos acercaros a la Responsabilidad Social para DIFERENCIARNOS de ‘su
propuesta’ de arquitectura autoritaria y díscola. Nuestro presente requiere de
una Arquitectura Apropiada ligada de lleno a la Responsabilidad Social y que
sea capaz de otorgar ventaja competitiva, reputación y credibilidad a esta
maltrecha imagen de la arquitectura de lo banal, lo superfluo, lo caro y si me
permiten… ¡LO INÚTIL!
Los que me conocéis sabéis que llevo AÑOS buscando
alternativas que desde la Arquitectura permitan hacer más amable y bonita la
cotidianidad deshumanizada que se ha consolidado en las ciudades de América
Latina y en los países de las llamadas “economías emergentes”. La NO FELICIDAD
es el común denominador de todas ellas, es ese vivir de espaldas a lo que la
gente NECESITA, la tiendita de barrio, el mercado, las aceras con rampas para
minusválidos, servicios de transporte público eficaces, escuelas dignas,
hospitales públicos, plazas, columpios, balcones con flores, triciclos rojos…
Necesitamos URGENTEMENTE comenzar a reconstruirnos desde adentro, necesitamos
que todos tengamos acceso al agua potable y no gastar nuestros dineros (e
inversiones) solo en “hacer bonito” para la foto y para el turista nuestras
ciudades.
Hoy en día requerimos de muchos que denuncien, escriban,
proyecten, construyan, dialoguen, diserten sobre temas que afectan a esos
millones de seres humanos que siguen esperando con bastante retraso la
MODERNIDAD INCUMPLIDA.
Porque más que un Corredor Cultural Chapultepec (el
nombrecito se las trae también) necesitamos una catarsis en profundidad que
ofrezca alternativas reales a nuestras sobrepobladas ciudades y donde el
"corredor cultural" llegue a Iztapalapa, la Gustavo A. Madero, Milpalta,
la Venustiano Carranza... y no solo a esos lugares donde "sin consultar a
la ciudadanía" se nos receten segundos pisos y bonitos renders que
seguirán beneficiando a los coches y turistas en detrimento del resto de
habitantes del Distrito Federal. Llevamos demasiado tiempo asumiendo la
indiferencia como una cotidianidad, lo que nos lleva a diferenciar nuestra
cotidianidad en temas específicos y pocas veces, nos detenemos a reflexionar
acerca de la enorme conexión que existe entre ellos.
Todo lo engloba la indiferencia…
Indiferencia del nulo urbanismo para minusválidos, ciegos,
ancianos en casi todas las ciudades de Latinoamérica… Indiferencia a las
ciudades perdidas, chavolas, palafitos… Indiferencia a los que viven bajo
techo, a las miles de familias que vagabundean por las ciudades, a los millones
de niños de la calle… Indiferencia al aceptar que millones de albañiles
construyan nuestras hermosas casas y edificios mientras ellos viven en chabolas
con techos de cartón y pierden ya no horas, sino días a la semana solo de
transportarse desde las periferias a sus centros de trabajo… Indiferencia a
unas calles repletas de chiringuitos, changarritos, fayuca, mala comida…
Indiferencia que nos está llevando a consolidar ciudades deshumanizadas donde,
pasamos al lado de indigentes, viejos, injusticias y no somos ya capaces de
verlos.
La invisibilidad de la pobreza sigue siendo el común
denominador de este principio del siglo XXI, el capitalismo está en crisis y
acelera los miedos para mantener su hegemonía… Miedo a la inmigración, los que
trabajan tienen miedo de perder el trabajo, los que no trabajan miedo a no
encontrar trabajo, los ricos tienen miedo a que la comida los engorde, los
pobres miedo a no tener comida, la democracia tiene miedo a extinguirse, los
poetas miedo a morir hablando, los hombres tienen miedo de las mujeres sin
miedo, las mujeres tienen miedo a los envalentonados hombres, en las ciudades
tenemos miedo a los ladrones, a la policía, a andar ene l metro, caminar en
solitario da miedo, las multitudes atemorizan a los gobernantes, hemos creado
ciudades con miedo a las puertas sin cerrojo, miedo a la soledad, miedo a las
multitudes, miedo a que los pobres entiendan su pobreza, miedo a que los más se
enteren que son mayoría…. Tenemos miedo a morir exigiendo, tenemos miedo a
vivir con miedo.
Y nuestro quehacer arquitectónico de los últimos 15 años al
menos, es signo de esta indiferencia, de este miedo a Poder Ser Más… De
proponer Más… De ofrecer Más… De darnos cuenta que, SÍ es posible hacer más
para los más del empobrecido mundo globalizado.
Mucho me temo que la pobreza y las disparidades del mundo
en el presente siglo, continuarán concentrándose en las ciudades y continuarán
constituyendo la mayor causa de mortalidad y morbilidad entre la población más
pobre. Por ello debemos pensar, replantear y decir con toda claridad que
debemos encontrar alternativas para este sistema capitalista, y que podamos
acercar el Derecho a la Ciudad a todos los ciudadanos ya que, en las
condiciones actuales, no todos los ciudadanos tienen Derecho a la Ciudad en
igualdad de condiciones, lo cual es una demanda ¡universal e inaplazable!.
Pese a vivir en un mundo donde ‘la plataforma global’ hace
fluir de manera casi infinita la información, existe una verdadera mutilación
de la misma por aquellos que la distribuyen en las ‘redes’, con ello perdemos
‘la pista’ de aquellos hallazgos de muchos arquitectos y profesionales que
trabajan por consolidar una manera coherente de ejercer la Arquitectura y el
Urbanismo ofreciendo una alternativa real al crecimiento de la demanda espacial
habitable, las insuficiencias y deterioros acumulados en materia de vivienda,
de servicios y de infraestructura, así como el proponer una alternativa real al
deterioro del patrimonio construido (histórico).
Hoy en día la arquitectura ‘bien’ y “de revista” se le está
colocando ¡por fin, en el sitio que le corresponde! ¡En el olvido!
Resumiendo: No necesitamos de Zahas, Gherys, Koolhas o
"yernos de Slim" que, necios y
osados, sigan proponiéndonos "sus ideas cools y fresas" y
construyendo “su ciudad excluyente”…
Antes que Arquitectos, somos ciudadanos integrados en la
Sociedad. ¡Volvamos la HUMANIDAD a nuestra labor como Arquitectos! ¡TAMPOCO ES
TAN DIFÍCIL!...
Barcelona/Ciudad de México, enero/agosto de 2015
Investigación y Difusión
Dr. en Arq. Humberto González Ortiz
#AGlocaL